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Llevo 21 años en el mundo de la cooperación, fui presidente de Medicus Mundi Gipuzkoa hasta el año 2003 y ahora lo soy de la Fundación Etiopía Utopía. Desgraciadamente creo que nos estamos cargando la actividad voluntaria. Vivimos en un sistema capitalista que todo lo reduce a dinero, cada vez tenemos menos tiempo y llevamos al primer nivel el trabajo, el consumo y el dinero y nos estamos olvidando de la familia, de los amigos, etc.

El valor que se ha impuesto es que tener éxito es poder consumir y ostentar, pero al mismo tiempo, aumentan los suicidios o los trastornos de ansiedad. En mi opinión, lo que está pasando es que está desapareciendo esa red social que es capital para la calidad de vida de las personas. Tenemos que volver atrás, ver dónde hemos fallado y reforzar esa red.

Por eso es tan necesario seguir estimulando el voluntariado. No solo como un apaño o postureo del gobierno, si no como una necesidad civil. La creación de Gizalde obedece a una necesidad social, el asociacionismo y el voluntariado son la solución a muchos problemas y creo que esa labor habría que recompensarla de alguna forma; a nivel de impuestos, horas de trabajo o de algún otro modo, pero habría que poner en valor el trabajo de las personas voluntarias.

 
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